jueves, 6 de agosto de 2015

Un nuevo paradigma con los hijos

Cada vez estamos más abiertos a la nueva consciencia que se hace presente en la crianza de los hijos. Poco a poco vamos comprendiendo muchas cosas que hace unos años atrás parecían imposibles de aceptar. Hoy estamos más abiertos a los nuevos paradigmas que traen más paz y más amor al mundo por medio de una mayor comprensión de lo que un niño necesita para vivir una adultez feliz en este planeta.



En la antigua consciencia, un niño era rápidamente sometido a estrictas normas de comportamientos sin considerar sus sentimientos. No tenía mucha importancia lo que ese pequeño ser pudiera sentir. Era mucho más importante conseguir que se comportara de cierta manera, de forma que nadie pudiera poner en duda la competencia de sus padres en darle una buena educación. Un niño obediente era muy preciado y los padres que lo conseguían eran considerados muy buenos padres.

Hoy comprendemos que un niño es un ser que necesita experimentar su vida utilizando sus habilidades innatas, que necesita expresar sus inclinaciones naturales que los adultos pueden ayudarle a disfrutar y que es necesario que aprenda a expresar sus emociones, sentimientos y gustos.

Aun existen muchas aprensiones en cuanto a la libertad de expresión que un niño pueda llegar a manifestar, porque existe mucho temor a que el chico se deje llevar por caminos no adecuados para él. Por alguna razón hemos pensado que un niño no se sabe guiar y que necesita la urgente guía de los adultos para asegurarse un buen porvenir.

Estamos comprendiendo que todo ser humano nace con una guía interna que se encuentra muy viva cuando somos niños y que nos vamos confundiendo a medida que somos “domesticados”.

Si pudiéramos mantener la conexión con nuestra guía interna hasta la edad adulta, el mundo sería maravilloso. Por eso tiene tanto valor el hecho de saber acompañar a un niño, sin hacer grandes intervenciones en su propósito de vida.




Son muchos los ejemplos de padres que he atendido preocupados porque sus hijos se encuentran muy confundidos y no saben qué es lo que les sucede. Al analizar la situación del  joven (a veces no tan joven) siempre encontramos algún evento que los alejó de sus propios intereses personales y fue encaminado por otro rumbo que para los padres parecía más adecuado.

Por ejemplo, algunos chicos tenían preferencia por la música, el arte o el deporte y fueron presionados para seguir un rumbo más tradicional que parecía más seguro y más auspicioso para ellos.  Al dejar de ejercitar aquellas habilidades innatas, el joven se siente desconectado de su alma y se siente perdido o confundido. Por lo general no se sienten capaces de seguir el rumbo que se les recomendó y lo abandonan, quedando en tierra de nadie, sin saber hacia dónde ir, sin motivación y desconectados de lo que los hace vibrar.

Otros son capaces de desenvolverse aparentemente bien, pero en el fondo de su alma cargan con un sentimiento de que algo les falta, se sienten con un sentimiento de vacío que a veces no saben de donde proviene.

La obediencia a los adultos no es algo beneficioso para un niño porque inevitablemente generará desconexión. Este es uno de los aspectos más  difíciles de aceptar por la sociedad. Sabemos que al soltar las normas mucha gente se va a desordenar generando un gran caos. Pero tenemos que reconocer que el caos se presenta solo cuando las personas no saben dirigirse de manera adecuada a sí mismas.

Si no permitimos que un ser humano pueda guiarse por sí mismo alineado al orden, al respeto y al amor incondicional, nunca llegará el momento de relajar las reglas que sostienen el orden social. Siempre existirá la posibilidad de un caos.

Por eso es tan urgente dar esa oportunidad a cada niño que llega a este mundo, de que descubra cómo seguir conectado a su guía superior para que se convierta en un hombre que siembre la justicia, la verdad y el amor sin importar dónde y con quien se encuentre. Así nunca necesitará ser controlado o regulado por normas que lo obliguen a mantenerse dentro de la ley. Lo hará como algo natural, como algo que no puede evitar.

Necesitamos aumentar el grado de confianza en el ser humano, en su capacidad para cuidarse y cuidar de los demás honrando su libertad y sus más preciados talentos y habilidades. Si desconfiamos de la capacidad que tenemos como raza de crear una sociedad  más amorosa, seguiremos educando a niños bajo la represión que genera desconexión, amargura, dolor, sublevación y violencia.  


Es necesario comenzar a manejar nuestra gran libertad creadora como seres alineados al amor y no alineados al temor.

Patricia González
Envía tu consulta a patricia@evolucionespiritual.com, intentaré responder lo más pronto posible. 

martes, 13 de enero de 2015

Vivir mas inteligentemente

RESPUESTAS PARA EL ALMA




No es suficiente estar vivo y pasar el tiempo. 

Es importante vivir inteligentemente para 
poder disfrutar de esta existencia. 

Eso no es difícil, pero tenemos que cambiar 
ciertas ideas que damos por ciertas, 
sin percatarnos de que no nos ayudan.

De este tema hablaremos hoy 
jueves 14 de Enero en mi hangout en Vivo
a las 5 pm de Miami.

Link para asistir para suscribirte y asistir


Nos vemos allí. 

Patricia González

sábado, 8 de noviembre de 2014

Calor de Hogar

Cuando pensamos en calor de hogar, pensamos en muchas cosas, entre ellas puede estar la calefacción, la limpieza, el orden, la belleza de la decoración, la abundancia de alimentos, la armonía entre todos, entre tantas otras cosas.

Pero hay algo más que a veces queda fuera de estas previsiones y que se refiere a la acogida emocional de cada uno de los integrantes de la familia, especialmente los hijos.



Cuando una persona fuma o cuando es muy friolenta, este hecho puede deberse a que durante su infancia no sintió el calor de hogar o el calor de mamá. Se hace difícil comprender que se sienta frío de amor, descuido y soledad cuando existieron tantos cuidados y atenciones. Sin embargo, a nivel energético, pudo existir mucho frío, por la falta de acogida emocional.

Demasiadas veces los padres se preocupan de procurar todos los bienes y las condiciones para que la familia esté bien y nada falte. Pero puede existir una falta de atención en los sentimientos de los niños. Los niños no saben nada de las cosas materiales, para ellos es más importante un abrazo cálido que tener una rica cena para servirse.

Los padres intentar asegurar una buena educación a sus hijos, una preparación adecuada para que puedan satisfacer sus necesidades cuando sean adultos. Pero a veces, esta intención pasa por alto lo que realmente el niño está necesitando más en ese momento. Muchas veces es más importante que realicen una tarea, que prestar cierta atención a alguna preocupación del niño.

Los niños tienen una actividad muy intensa al intentar conocer el mundo que les rodea y en muchas ocasiones se sentirán alcanzados por ciertas situaciones que les sorprenden y que necesitan procesar. El apoyo de sus padres en este sentido es vital, pero las actividades cotidianas de ellos pueden no permitirles prestar la debida atención y el niño se sentirá solo en medio de todas las atenciones que recibe.

Este sentimiento de soledad o "frío de amor" no puede ser percibido claramente por el niño y por los padres, porque es invisible, porque está en lo mas profundo de su ser. A veces llegamos a la edad adulta sin comprender por qué nos sentíamos solos y tristes en medio de una familia que perecía ser tan preocupada y proveedora de todo lo que necesitábamos.

El calor de hogar es mucho más que la provisión de los medios físicos y el procurar todo lo bueno. Este calor se siente cuando las emociones y sentimientos son atendidos en primer lugar y antes que cualquier otro deber que parece ser más importante, incluso sobre la alimentación y la educación.

Si no existe el suficiente calor de hogar, todas estas cosas pasan a segundo plano.

Patricia González

martes, 14 de octubre de 2014

Las enfermedades en los niños pequeños

Los niños son muy susceptibles a su ambiente, especialmente antes de los siete años de edad. Su mundo es representado exclusivamente por las personas mas cercanas, especialmente los padres y con mayor énfasis por su madre.



Desde que el bebé se encuentran en el vientre de la madre, está percibiendo  todo lo que ella está experimentado y es transmitido a él por medio de las sustancias químicas que circulan por su sangre. 

A medida que va creciendo, este nexo tan cercano se va diluyendo y con el tiempo, su atención se va extendiendo a las demás personas. Luego de los siete años toma mas consciencia de que está separado de los demás.

Debido a esto, los niños están muy influenciados por lo que sucede en su medio ambiente y son estas experiencias las que demarcarán las rutas neuronales mas habituales que mantendrán en su vida adulta.

Pero los niños traen cierto termostato natural que les hace prever, de alguna manera, cuando las cosas están bien y cuando no están tan bien. Ellos “saben” sentir cuando lo que viven está alejado del amor. Se sienten bien cuando el ambiente es amoroso y les resulta disonante cuando son testigos de eventos que no están en concordancia al amor.

Ellos son muy sensibles a lo que les rodea y no solo lo sienten a través de las palabras como lo hace un adulto. Un niño pequeño percibe las emociones y las vibraciones de los demás aunque estos hagan grandes esfuerzos por disimularlas. Pueden ser capaces de darse cuenta cuando una persona vibra en armonía y cuando no.

Por esta razón es que nunca se podrá impedir que los hijos adviertan que sus padres no se encuentran felices aunque quieran aparentar delante de ellos que todo marcha muy bien.

Los niños no tienen juicio, no saben los adjetivos, no saben poner nombre a lo que viven, pero saben sentir cuando algo no marcha bien en relación a lo que ven y al trato que reciben. Cuando experimentan malos momentos en soledad y sin tener la posibilidad de expresarse, de ser escuchados, atendidos y consolados, manifiestan estas emociones como enfermedades. Las enfermedades mas comunes que pueden somatizar son los resfríos, las bronquitis, las alergias, fiebre y otras.

Cuando un niño pequeño enferma, es recomendable buscar posibles causas en su medio, en la estabilidad emocional de su madre, en la calidad de la relación que tienen sus padres, en el ambiente que existe en el hogar, en el tipo de personas que le rodean en la familia o en el colegio. Una bronquitis puede estar directamente relacionada a un acoso mental o emocional de parte de quienes le rodean.

En muchos casos la madre no se da cuenta de que el niño está percibiendo emociones negativas porque cuando somos adultos pensamos que los niños tienen la suficiente capacidad para comprender las razones de nuestra manera de actuar. 

Por ejemplo, una madre sabe que mantener el orden y la limpieza en la casa es algo favorable para todos, pero un niño no tiene entendimiento de eso. Ellos solo desean tener sus juguetes a la mano para poder disfrutar de ellos y el hecho de guardarlos puede ser interpretado como una pérdida para ellos.

Algo que puede resultar muy útil para mantener la mejor vibración, es conseguir que todo sea hecho bajo la mayor alegría posible. En el ejemplo de los juguetes, el orden puede  convertirse en una verdadera aventura que resulte agradable y divertida para el niño.

Mientras mas pequeño sea el niño, más probabilidades existen que su enfermedad provenga de una inestabilidad emocional que, consciente o inconscientemente le transmite su madre. Debido a esto, no es suficiente sanar al niño, sino que se hace muy necesario extender esta atención a las sensaciones que el niño percibe por medio de la relación que sostiene con su madre. 

De otra manera, el niño volverá a manifestar la misma enfermedad de manera reiterada en el tiempo, sin que se encuentre la verdadera causa que la genera.

 Patricia González

sábado, 6 de septiembre de 2014

Eres algo así como un Dios dormido



Eres capaz de crear tus circunstancias y
si estas hoy no has podido hacerlo,
solo se trata de una simple confusión.

Compartimos programación que nos confunde
y eso hace disminuir el concepto que
tenemos de nosotros mismos.

Si te identificas con estas ideas,
te interesara la invitación que tengo para ti.


Un gran abrazo


Patricia Gonzalez

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Cual es la mejor escuela para los hijos


Esta muy generalizada la idea de que 
un buen colegio para nuestros hijos 
es aquel que obtiene los mejores puntajes 
en las evaluaciones del sistema educacional, 
donde sus alumnos demuestran haber incorporado 
muchos conocimientos intelectuales.


Pero la verdad es que el conocimiento intelectual 
es una pequeña porción de lo que realmente 
necesitan nuestros hijos para ser adultos felices, 
plenos y realizados. Los niños, mas que nadie, 
necesitan amor, paz y tranquilidad para conectar 
con su ser mas interno, para poder expresar libremente 
lo que son sus propios intereses y habilidades.


Un adulto feliz no es aquel que tiene más 
conocimientos intelectuales, sino, aquel que 
es estable emocionalmente y que confía en el 
proceso de la vida. Y para ello necesita crecer en 
un ambiente seguro y en confianza 
con su desarrollo natural. A veces nos confundimos 
y elegimos el mejor colegio pensando solo 
en una pequeña porción de lo que realmente 
necesitan nuestros hijos.


La mejor escuela para nuestros hijos puede ser 
aquella donde los profesores sean maestros 
más que profesores, donde el niño sea el que 
dirige su propia educación en vez de obedecer 
un sistema estructurado e implantado por algunos,  
donde pueda jugar a aprender, donde su opinión 
sea lo mas importante, donde aprenda según su nivel 
de intereses, donde no es evaluado, donde es 
honrado en todos sus aspectos singulares y 
donde nadie le pone una etiqueta de buen 
o mal alumno. Una escuela que sea hecha 
a la medida del alumno o no al revés.


Patricia González
www.evolucionespiritual.com

viernes, 8 de agosto de 2014

Educando para el éxito


Como padres esperamos que nuestros hijos
sean educados para que tengan éxito en la
vida. ¿Pero a qué le llamamos éxito?

La mayoría de la población tiene una mentalidad
de empleado. Aproximadamente el 80% de la
población tiene la expectativa de tener una
profesión para luego conseguir el mejor empleo
posible. O sea, la mayoría de las personas están...